24 Mar

Luna es una mestiza de border collie y pastor vasco de 11 años que vive en el centro de Logroño con su familia humana: un matrimonio y su hija, que solo pasa temporadas en casa. A pesar del amor y la atención que recibe, con el tiempo han surgido varios problemas que preocupan a sus responsables:

  • Ansiedad por separación: desde hace dos años, cuando se queda sola, rasca la puerta con desesperación, hasta el punto de hacerse daño.
  • Reactividad: reacciona con nerviosismo e inseguridad ante patinetes, bicicletas y ciertos perros.
  • Problemas en los paseos: tira mucho de la correa y no la sueltan porque no se fían de cómo reaccionará.
  • Ansiedad por la comida: come con mucha ansiedad, lo que refleja un alto nivel de estrés.

Aunque sus responsables intentaban corregir estos comportamientos con órdenes y disciplina, no encontraban mejoras, y la ansiedad de Luna iba en aumento.

El plan de trabajo: educación canina en positivo

Cuando me contactaron, su mayor preocupación era la ansiedad por separación, pero en casos como este, la soledad es solo la punta del iceberg. Para que Luna pudiera quedarse tranquila en casa, era necesario trabajar su bienestar general y reducir su estrés en todos los aspectos de su vida.

Así que diseñamos un plan basado en la educación en positivo, con estos objetivos:

  1. Entender el lenguaje canino: ayudar a sus responsables a interpretar sus señales para mejorar la comunicación.
  2. Corregir comportamientos no deseados sin castigos: enseñar estrategias para redirigir sus conductas de forma positiva.
  3. Mejorar los paseos: trabajar la gestión de la correa para evitar tirones y reactividad.
  4. Trabajar la llamada: para generar más confianza en su manejo y valorar la opción de soltarla en espacios seguros.
  5. Optimizar su alimentación: cambiamos su pienso por una opción de mayor calidad para mejorar su bienestar.
  6. Suplementos específicos: introdujimos omega 3 y aceite de krill para apoyar su salud dada su edad.
  7. Gestión de miedos y estímulos reactivos: técnicas de desensibilización progresiva para reducir su respuesta a bicicletas, patinetes y otros perros.
  8. Aprender a estar sola: trabajamos un proceso gradual para que la soledad dejara de ser una fuente de angustia.
Los cambios en Luna

Después de casi dos meses de trabajo continuo y compromiso por parte de su familia, Luna ha experimentado grandes mejoras:

✅ Se queda sola en casa mucho más tranquila y ha dejado de rascar la puerta con ansiedad.
✅ Sus paseos son más relajados, tira mucho menos de la correa y muestra más autocontrol.
✅ Ha reducido su reactividad ante patinetes, bicicletas y perros desconocidos.
✅ Su alimentación mejorada y los suplementos han contribuido a un mayor bienestar general.
✅ Come con más calma y menos ansiedad.

Aunque aún queda trabajo por hacer, especialmente en la gestión de la soledad y los miedos, Luna está mucho más tranquila y equilibrada.

Conclusión

El caso de Luna demuestra que la ansiedad y la reactividad en perros pueden mejorar enormemente con un enfoque adecuado. No se trata solo de corregir la conducta, sino de entender las emociones del perro y reducir los factores de estrés en su vida.