Educación de cachorros: Cómo Mate aprendió a ser un perro tranquilo y feliz
La educación de cachorros es clave para prevenir problemas futuros y ayudar a que los perros crezcan felices y equilibrados. Este fue el caso de Mate, un bichón maltés de 6 meses que vivía en un camping con su responsable, una persona que convivía por primera vez con un perro.
Mate mostraba comportamientos típicos de un cachorro: pedía atención constantemente, ladraba a cualquier cosa que pasara por la puerta de la caravana, tiraba de la correa, y no hacía caso cuando estaba suelto. Además, gestionaba mal la soledad y era muy reactivo en terrazas y paseos. Su responsable, aunque muy pendiente de él, se sentía un poco desbordada.
Diagnóstico
El caso de Mate evidenció la necesidad de establecer una buena base en su educación. Los problemas principales eran:
- Falta de límites claros adaptados a su lenguaje canino.
- Estrés por una alta demanda de atención.
- Falta de aprendizaje sobre la soledad y gestión de paseos.
- Alimentación que podía mejorarse para potenciar su bienestar.
Todo esto formaba parte de los retos normales de tener un cachorro, pero con un plan bien estructurado, su responsable podía ayudarle a crecer como un adulto equilibrado.
Plan de acción
Paso 1: Enseñar el lenguaje corporal de Mate.
Se trabajó con su responsable para que entendiera cómo leer las señales de Mate y cómo ponerle límites sin usar gritos ni castigos. Esto ayudó a reducir las demandas de atención y a gestionar mejor los momentos difíciles.
Paso 2: Gestión integral del paseo.
Se ajustó el material de paseo (correa y arnés adecuados) y se trabajaron ejercicios para reducir los tirones, fomentar el olfateo y gestionar los encuentros con otros perros de forma positiva.
Paso 3: Practicar las llamadas.
Comenzamos con ejercicios simples para que Mate aprendiera a acudir cuando se le llamara. Esto aumentó la confianza de su responsable para dejarlo suelto en entornos seguros.
Paso 4: Reducir miedos y reacciones.
Mediante ejercicios de desensibilización y contracondicionamiento, Mate empezó a sentirse más tranquilo ante personas, ruidos y otros perros.
Paso 5: Aprender a estar solo.
Trabajamos en la soledad progresiva, enseñándole a quedarse tranquilo mediante juguetes interactivos y recompensas positivas.
Paso 6: Alimentación adecuada.
Se revisó su dieta, planteando la opción de comida natural y explicando los beneficios de ciertos suplementos para su desarrollo físico y emocional.
Paso 7: Juegos positivos.
Se enseñó a su responsable qué juegos eran beneficiosos para el aprendizaje de Mate y cuáles era mejor evitar para no reforzar comportamientos no deseados como morder o saltar
Resultados
En dos meses, Mate experimentó un cambio notable:
- Sus ladridos se redujeron considerablemente, tanto en el camping como en la ciudad.
- Su responsable ganó confianza y pudo dejarlo suelto en entornos seguros.
- Los paseos se volvieron más tranquilos y disfrutables.
- Su nivel de estrés disminuyó al aprender a estar solo y tener una mejor alimentación.
- Los comportamientos molestos, como morder o saltar, se gestionaron con juegos adecuados.
Lo mejor de todo fue que su responsable, al ver los primeros resultados, se motivó a seguir trabajando para que Mate sea un adulto equilibrado y feliz.
Conclusión
La educación de cachorros es esencial para construir una relación sana y equilibrada entre el perro y sus responsables. La historia de Mate demuestra que, con un plan adecuado y técnicas positivas, es posible superar los retos iniciales y sentar las bases para un futuro feliz.