24 Ene

Cómo Odi dejó de ladrar al quedarse solo y superó sus miedos

Odi es un bichón maltés de 8 años que vive con un matrimonio y su hija. Todo iba bien hasta que, después de las vacaciones, la soledad volvió a ser un gran problema para él. Se quedaba solo 6 horas al día y ladraba de manera compulsiva durante ese tiempo. Además, cuando se quedaba solo, su miedo era tal que ni siquiera comía.

Odi era un perro miedoso que tiraba mucho en los paseos y salía como un toro. Con perros pequeños se llevaba bien, pero evitaba a los grandes, ya que había sido mordido dos veces. Incluso su alimentación no era la ideal: comía mucho pan, lo que le sentaba mal y no ayudaba a su bienestar general.

Sus responsables estaban preocupados y habían probado varias estrategias para corregirle, como reñirle, pero nada parecía funcionar. Fue entonces cuando me contactaron para ayudarles.

Diagnóstico

El caso de Odi mostraba que el problema principal era su alto nivel de estrés. Gritos, abrazos forzados, correcciones constantes, arrastrarlo en los paseos y la falta de límites adecuados estaban afectando su bienestar emocional. Todo esto lo hacía sentirse inseguro tanto dentro como fuera de casa.

Además, su alimentación no era la más adecuada, lo que influía también en su estado de ánimo y energía. Era importante trabajar con la familia para entender cómo relacionarse con Odi, leer su lenguaje corporal y reducir los factores que le generaban estrés.

Plan de acción

Paso 1: Enseñar a sus responsables a leer su lenguaje corporal y gestionar sus emociones.
Empezamos explicando a la familia cómo interactuar con Odi de una manera que le transmita tranquilidad y seguridad. Esto implicaba evitar gritos, correcciones constantes y abrazos que le incomodaban. También establecimos límites claros utilizando su propio lenguaje canino para que él pudiera entenderlos.

Paso 2: Mejorar la alimentación.
Se eliminó el pan y se sustituyó por una dieta más adecuada para su salud, lo que contribuyó a equilibrar su energía y bienestar.

Paso 3: Modificar los paseos.
Para reducir su ansiedad en los paseos, trabajamos en que saliera de casa de manera más calmada. Usamos juegos de olfato y premios para reforzar comportamientos tranquilos y comenzamos a practicar paseos relajados sin tirones.

Paso 4: Trabajar su soledad y los ladridos.
Introdujimos estrategias de desensibilización progresiva. Por ejemplo, lo ayudamos a asociar la soledad con cosas positivas, como juguetes interactivos o premios. Poco a poco, Odi fue entendiendo que quedarse solo no era algo malo ni peligroso.

Resultados

Después de cuatro visitas en un mes y medio, Odi ha dado un cambio espectacular gracias al esfuerzo de sus responsables. Ahora se queda solo en casa tranquilo, ya no ladra compulsivamente y su nivel de miedo ha disminuido considerablemente. También ha mejorado su comportamiento en los paseos: tira mucho menos y gestiona mejor sus interacciones con otros perros.

La familia está encantada con los resultados, tanto que dejaron esta reseña en Google:
«Un gran profesional. Odi es otro perro desde que Carlos nos ayudó.»

Conclusión

La historia de Odi demuestra que con paciencia, dedicación y un enfoque en positivo, se pueden superar problemas de comportamiento canino. Si tu perro tiene miedos, ladra cuando se queda solo o tiene otros problemas, no dudes en buscar ayuda profesional. ¡Estoy aquí para ayudarte!