03 Mar

Galgos miedosos y un cachorro

Mía y Enzo son dos galgos italianos de año y medio que presentan comportamientos asociados al miedo: reactividad a la gente, excitación continua, obsesión con los huesos.  Viven en una casa con jardín junto con un matrimonio y sus dos hijos (el menor de 12 años). Acaba de llegar a casa un gran Danés de dos meses y medio y necesitan minimizar problemas de los galgos y consejos para la educación del cachorro.

En este caso nos encontramos perros que están en puntos totalmente diferentes. Dos galgos italianos (son de tamaño muy pequeño) terminando su adolescencia y con un estado  emocional alterado debido a miedos varios, y por otro lado un cachorro que va a tener un tamaño enorme comparado con sus dos compañeros peludos.

Lo primero es analizar el día de los galgos para ver porque han llegado a un estado emocional tan alterado. Obviamente en su vida hay cosas que les molestan y que se repiten todos los días. Por ejemplo los sacan a pasear con una correa con dos enganches, de las que se bifurcan. Esto hace que entre ellos la distancia durante el paseo no sea más de medio metro. Si uno de ellos, Mia, tiene muchos miedos cuando sale a la calle, no tiene otro remedio que acercarse a cosas a las que no se acercaría porque “va atada” con su compañero.

El simple hecho de llevarlos con correas separadas y que cada uno decida por sí mismo que hacer en el paseo, ha hecho que Mía pueda gestionar mucho mejor sus miedos a la hora de salir a la calle.

Si le añadimos un trabajo de desensibilización y la implementación de rutinas de olfateo, ellos se van sintiendo mejor cada día.

Por otro lado con el cachorro de gran danés se procede a una educación básica para que poco a poco y de manera amable vaya conociendo las reglas de convivencia con los galgos y con su familia humana