Miedos generalizados y estrés
Kenzo es un mestizo de casi dos años, adoptado hace seis meses por Idoia. Es un perro con muchos miedos al que le cuesta relacionarse con las personas, especialmente con los hombres. En un par de ocasiones ha estado a punto de morder a familiares de su responsable. Como siempre analizo el día a día de Kenzo para ver qué cosas debemos cambiar y que cosas introducir para reducir el nivel de estrés como primer paso del tratamiento.
Si el perro va viendo que su día a día mejora desde el punto de vista del estrés, se empezará a sentir más seguro, y podrá gestionar mejor sus miedos. Para ello hay que observar su lenguaje corporal, aprender sobre las señales de calma, y saber cuándo estamos molestando a nuestro pero, o que situaciones le estresan y no puede o no sabe manejarlas correctamente. Es un trabajo que implica cambiar cosas en nuestra relación con el perro, y ser conscientes de cómo reacciona nuestro perro ante nuestros comportamientos
Junto con la reducción de estrés hay que ir haciendo una desensibilización de aquello que le da miedo: ruidos, gente, ciertos lugares…e ir proponiéndole pequeños retos (que se atreva a pisar diversas superficies, que pase por debajo de una silla, etc.) para que aumente su seguridad e independencia.
Gracias a la labor de Idoia, Kenzo se va tranquilizando poco a poco, si bien va a ser un trabajo constante y que va a llevar tiempo.
Cuando un perro tiene miedos, si nos relacionamos con él de manera incorrecta, obviando las señales de calma, puede que muestre comportamientos agresivos. Eso no quiere decir que el perro sea agresivo, sino que en ese momento puntual la situación le ha sobrepasado y ha reaccionado de la única manera que ha visto factible